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martes, 20 de agosto de 2013

LA LEY NO AYUDA CONTRA EL "ACOSO" DE VECINOS RUIDOSOS

Golpes repetitivos, sonido de arrastre de muebles, volumen alto de la televisión, gritos, ladridos de perros. Y todo esto a altas horas de la noche. Es lo que sufren desde hace casi cuatro años varios vecinos de un bloque de pisos de VPO de la barriada Guillén Moreno (Cádiz, España), por culpa de unos inquilinos.

Uno de los vecinos afectados -que prefiere mantener el anonimato- asegura que "es un auténtico infierno" vivir así. "Mi madre ha adelgazado 20 kilos y yo 15 porque no descansamos bien. Sufrimos ansiedad y depresión al ver que no se soluciona este problema. Mi madre fue una vez a pedir a los vecinos de arriba que no hicieran tanto ruido y desde entonces lo han incrementado. Se escucha hasta dos pisos más abajo. Lo peor es cuando has conseguido dormirte y te despiertas sobresaltado a mitad de noche por un fuerte ruido. Eso te provoca fobia a quedarte dormido".

Comenta que en estos casi cuatro años han puesto numerosas denuncias a la Policía Local por los ruidos. Muestra algunas de ellas, en las que los agentes corroboran esos ruidos de golpes, ladridos de perros y sonido fuerte de la televisión pasadas las doce de la noche e incluso una de ellas es de las 3:50 horas de la madrugada. Pero nunca han podido entregar la copia de la denuncia a esos vecinos molestos porque "tras llamar reiteradas veces a la puerta, no nos atiende nadie a pesar de oírse ruidos en el interior", según recoge la última, fechada el 10 de marzo de 2013.

Este hombre detalla otras acciones de la familia denunciada, como tirar lejía a la ropa tendida, echar ketchup en el buzón, escupir y dejar las defecaciones del perro en la puerta de varias casas, manchar de tinta el descansillo de la escalera o meter la cáscara de una pipa a mitad de noche en el telefonillo del piso de una vecina mayor del bloque para que no deje de sonar, entre otras cosas.

Los vecinos afectados están desesperados. Algunos han denunciado también a la Policía Nacional a esa familia por "amenazas e injurias". De hecho, la madre del hombre que cuenta los hechos, de más de 70 años, denunció a uno de los inquilinos más jóvenes del piso superior, al que le impusieron una orden de alejamiento "que incumplió desde el primer día".

Este bloque de pisos es de protección oficial del Ayuntamiento y los denunciantes aseguran que han ido a la empresa municipal de vivienda, Procasa, a poner "numerosas reclamaciones". Señalan que ésta "actúa con silencio administrativo". "Registran la reclamación y, al solicitar la copia sellada, no te la dan, algo que es ilegal. Y luego nos dijeron que no constaba ningún expediente sobre este caso, a pesar de haber puesto varias reclamaciones. Menos mal que yo sí que tenía una copia sellada", cuenta. Añade que los técnicos les dicen que no pueden hacer nada, que no tienen potestad jurídica para emprender un desahucio a un inquilino problemático. Pero este hombre afirma que "eso no es cierto. Según la ley horizontal, el organismo público que gestiona esas viviendas puede rescindir el contrato a dicho inquilino. Así que pudiendo resolver el problema no lo hacen".

Para solucionar el problema, han acudido hasta el Defensor del Pueblo. Su intercesión ha conseguido que el Ayuntamiento multe a los vecinos molestos por incumplimiento de las ordenanzas municipales, pero viendo que eso no es suficiente, el Defensor del Pueblo ha solicitado al Consistorio gaditano que "indique si ha valorado la posibilidad de adoptar alguna medida diferente a la imposición de sanciones pecuniarias, para paliar definitivamente las molestias".